El viaje llamado vida. El Magacín.

Justificada la pregunta que se hace Alejandro Sanz en su canción “Cuando Nadie Me Ve”: “Por qué es tan difícil?… Vivir sólo es eso… Vivir, sólo eso… Por qué es tan difícil?«

Que fácil es la vida cuando se está en la niñez, confiamos en todos y en todo lo que nos rodea, sabemos que siempre habrá alguien que nos cuide y nuestra “preocupación”, cuál será nuestro próximo juego o aventura.

Basta con llegar a la adultez para que se acabe ese “mundo perfecto”, llegan las responsabilidades y la gran tarea de descubrir quiénes somos y qué queremos. Y vaya que accidentado, doloroso pero gratificante se vuelve ese viaje.


Recientemente leí un libro titulado: “Los Cuatro Acuerdos” Un libro de sabiduría tolteca por el Dr. Miguel Ruiz. Cuando leí el libro sentí un golpe el pecho, me di cuenta que todo lo estaba haciendo mal en el viaje de mi vida.

El libro empieza con un sabio consejo, para saber quién eres, debes olvidar todo lo que tus padres y tu entorno te han enseñado… Porque te han enseñado a ser como ellos y no te enseñan a desarrollarte como la persona que debes ser. Toda la información estaba lista para cada quien, sin opción a elegir. Por lo que se debe entrar en un análisis profundo de lo hasta ahora vivido, de si lo realmente aprendido te ha transformado en la persona que quieres ser. Como diría John Lennon: “Es fácil vivir con los ojos cerrados, interpretando mal todo lo que se ve.

Ese viaje llamado vida, para algunas personas puede resultar fácil, pero para otras no. Deberán pasar muchos años para que algunas personas lleguen a saber quiénes realmente son, o quizás, mueran sin saberlo. Todo dependerá de cómo quieran emprender ese viaje y de cómo enfrenten los obstáculos que se le presenten.

Muchas veces se caerá en la tentación de culpar a los padres, pero se debe tratar de mantener presente, que ellos también tienen su historia y cada uno es responsable de su historia. De allí la importancia de saber quién es quien antes de juzgar, como dicen por allí: “quien juzgue mi camino, le presto mis zapatos”.

Nunca ha sido fácil controlar las emociones, descontrol que lamentablemente puede llevar a que perdamos experiencias, aprendizajes o personas de gran importancia para nuestra vida. El dolor, la falta de perdón, el rencor  y el no olvidar, llevan a la desconfianza y al descontrol de las emociones.

Confiar en los demás no significa ser un libro abierto, porque por más confianza que se puede tener en alguien, “hay cosas que no se cuentan y mueren en los corazones” (Alejandro Sanz). Confiar es saber esperar a que nos demuestren lo que nos dicen, lo que nos prometen; es creer en nosotros mismos sin esperar la aprobación de otros.

Del libro al que hice referencia, presenta Cuatro Acuerdos muy útiles para nuestro viaje: 

1. Se Impecable Con Tus Palabras,
2. No Te Tomes Nada Personalmente,
3. No Hagas Suposiciones
4. Haz Siempre Tu Máximo Esfuerzo.

Muchos me han dicho: la vida no es para entenderla, sino para vivirla; a lo que yo respondo: ¿Y cómo hay que vivirla? Hasta ahora no he recibido una respuesta que me convenza al cien por ciento y eso es porque todos somos diferentes, todas las historias son diferentes; somos seres únicos, con algunas semejanzas, pero al final diferentes. Diferencias con las cuales debemos aprender a vivir o a dejar pasar.


También me han dicho que la vida no es fácil, con respecto a eso yo comparto la opinión del Dr. Miguel Ruiz: “No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges. Si observas tu vida encontrarás muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad. La única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento”.

Muchos libros hemos leído, a muchos cursos de autoayuda hemos asistido y muchos consejos hemos escuchado; pero hasta que no tomemos la decisión, todo será en vano. El viaje no será fácil, pero sí muy enriquecedor desde nuestras verdades que dependerán de nuestro punto de vista.

Recordemos siempre: “Para los luchadores, la vida tendrá un sabor que los conformistas nunca conocerán” (Sucker Punch) y “dar pasos firmes no es igual a dar pasos sin miedo, a veces los pasos más firmes y dignos se dan con las piernas temblando” (Axel Ortiz).

Finalizo con uno de los tantos mensajes que nos da la Biblia: «Recuerda que cuando las hojas caen, el cielo queda a la vista. Si… siempre hay compensaciones. Alma atribulada y abatida, ten esperanza aún cuando el viento amargo del pesar y la adversidad desnude las ramas de tu vida. Mira lo profundo del amor del Padre. Él sabe… Él recuerda. Este período sombrío en tu experiencia, cuando parece que te han quitado todo lo deseable, es necesario para tu futuro crecimiento en la vida espiritual…» Eclesiastés 3:11.

Un artículo Leonor Perdomo
Abogada. Docente Universitaria. Asesora Externa y Aprendiz de la Vida. Caracas-Venezuela.

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here