La cara curvada, dos puntos inexpresivos como ojos y un garabato con forma de nariz. Esos simples trazos han enamorado a millones niños y adultos de todo el mundo en los últimos 100 años. Hoy hablaremos de la película la película de la aventuras de Tintín y Milú, y de la importancia que ha tenido el cómic para Bélgica, con centros como el Museo Hergé y el Museo del Cómic.
La película sobre las aventuras de Tintín y Milú: El secreto del Unicornio’
‘Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio’, dirigida por Steven Spielgberg y producida por Peter Jackson, es el primer intento serio de trasladar al cine la magnitud de un personaje que siempre ha fracasado en la gran pantalla por la precariedad de medios e ideas.
La película está grabada con la técnica del Motion Capture, que sirve para dotar de sensación de realidad a los personajes, pero manteniendo el peculiar estilo de ‘linea clarta’ de Hergé. Protagonizada por Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (Haddock) y Daniel Craig (Rackham el Rojo), se trata de la primera parte de una trilogía en la que Spielberg experimentará con las tramas originales pero seguramente recurrirá a los giros narrativos y cinematográficos que patentó en la saga Indiana Jones.

En la imagen podemos ver al protagonista examinando con mucha atención un misterioso libro en una elegante biblioteca. Y el intrépido reportero no es el único que indaga entre sus páginas, su fiel perro -Milú- también parece observar desde la penumbra con atención el contenido del ejemplar. Es Tintín: El secreto del unicornio, la adaptación al cine del popular personaje creado por Hergé que dirige Steven Spielberg
El elenco de la cinta está compuesto por Jamie Bell (el ñiño de Billy Elliot) que encarna a Tintín, Andy Serkis (Gollum en la trilogía del Señor de los Anillos) es el Capitán Haddock, Simon Pegg (Nueva York para principiantes) y Nick Frost (Arma fatal) que da vida a Hernández y Fernández y Daniel Craig (le hemos visto en James Bond) que encarna al malvado pirata Rackham El Rojo.
Dirigida por Steven Spielberg y rodada con la última tecnología motion capture (captura del movimiento) y en 3D Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio es ¡un peliculón!
El idilio entre Bélgica y el cómic
Albert Uderzo y Hergé son los dos grandes dibujantes de cómic de todos los tiempos. si el primero es el autor de Astérix y Obélix, el movimiento de la pluma de Hergé completó el aspecto de Tintín con su clásico mechón alborotado. Un detalle que definió al personaje y a un tipo de héroe del cómic primerizo.
Tintín, el personaje más conocido de la historia de la viñeta, fue creado por Georges Prosper Remi, Hergé, en 1929. Apareció por primera vez en las páginas de Les petit vingtiéme -que tras la guerra pasó a llamarse Le Journal du Tintín-, y su éxito fue inmediato.
Se convirtió en un icono de su país y en un punto de inflexión en la historia del cómic. Tanto es así que en cualquier rincón de Bélgica se pueden escuchar comentarios como el que afirma que con Hergé, el cómic encontró a su propio Balzac. Lo que es evidente es que el autor hizo del cómic un forma de expresión completa, como lo es la literatura o el cine.
Fue en las calles de Bruselas donde comenzaron las aventuras del reportero y su séquito de personajes. La capital belga, siempre en la encrucijada entre flamencos y valones, encierra los secretos e influencias que inspiraron a Hergé.
Viajamos hasta allí para seguir el rastro del autor y su influencia en la ciudad:
Las museos bruselinos
Hergé era un aventurero todoterreno. Le gustaba observar, preguntar, saber… pero nunca fue a la Universidad.
Los objetos de museos como el del Cincuentenario o el Real de Arte Africano le sirvieron de inspiración a la hora de idear historias como Tintín en el Congo o La oreja rota .
Estación de Stoke
En esta estación de metro se pueden contemplar dos murales de 135 metros de largo en los que se ven bajo relieves con figuras de los 140 personajes que aparecieron en 22 de los 24 álbumes oficiales de Tintín.
Hergé realizó el boceto original del fresco antes de morir en 1983, pero fue Bob de Moor, su fiel ayudante, quien lo finalizó.
Editorial Le Lombard
En septiembre de 1946, el empresario Raymond Leblanc publicó el primer número de Le Journal du Tintín con la esperanza de hacer del cómic un género adulto. Aunque no fue hasta los años cincuenta cuando se convirtió en la empresa de cómic belga de referencia.
El edificio de la editorial, a tiro de piedra de la Gare du Midi, presidida por un gran mural con una viñeta de Tintín en América, pasa por ser uno de los emblemas de la Bélgica del desarrollismo económico de los años sesenta.
El logotipo con las cabezas de Tintín y Milú en la azotea destaca sobre el skyline de Bruselas como un vestigio de otro tiempo que guarda plena vigencia en la actualidad.
Mercado de las pulgas
Aparece en los primeros compases de El secreto del Unicornio, donde Milú, el Sancho Panza de Tintín, se contagia de las pulgas que habitan en los objetos que se venden en el rastro con más solera de Bruselas.
Situado en la Place Du Jeu de Balle, el lugar es un pintoresco enclave demodé en el que Hergé paseaba con bombín y vastón en busca de ideas y bizarros artilugios exóticos.
Centro belga del cómic
El idilio belga con el cómic se refleja en un remozado edificio art noveau de Victor Horta situado en el centro de la ciudad. El museo reúne la obra y esencia de dibujantes belgas como Peyo -creador de los Pitufos-, Morris -autor de Lucky Luke-, y, claro, Hergé, que cuenta con un espacio exclusivo con imágenes y carteles originales.
Museo Hergé
A 40 minutos del centro de Bruselas, en Lovaina, se encuentra la meca de los tintinófilos .
Un espacio dedicado al visionario autor y su obra. En un moderno edificio diseñado por el arquitecto Christian de Portzamparc, acorde con el carácter rompedor del dibujante, se puede disfrutar de un completo recorrido por la historia y el significado de Tintín.

Objetos personales del autor y sus ayudantes -impagable la reproducción de su estudio-, explicativos murales en los que se traza la conexión de Tintín y su tiempo o los bocetos originales de Tintín y el arte alfa, el volumen final y nunca publicado.
Reproducciones del cohete que llevó a Tintín a la luna o del submarino de El lago de los tiburones, justifican la visita a uno de lo centros más completos de Europa sobre la figura de un creador de cultura pop.