El término de MBA es uno de los más escuchados en el mundo empresarial y universitario. Son muchas las veces que oímos a alguien de nuestro entorno hablar de ello, pero, ¿qué significa realmente?
La sigla de MBA se define como Master of Business Administration, cuya traducción es Máster de Administración y Dirección de Empresas. Por tanto, un MBA es, resumiendo, un máster de posgrado que se centra en el mundo de la gestión y la administración empresarial.
Para profundizar en este término, en este artículo, vamos a comentar en qué consiste exactamente este MBA y para qué sirve.
¿Qué es un MBA?
Como ya hemos comentado, un MBA es un tipo de máster que se especializa en la gestión y en la dirección de una empresa. Se puede realizar en idiomas distintos, en la mayoría de los países del mundo y en modalidades variadas. Así, se distinguen dos tipos de MBA diferentes:
En primer lugar, los MBA según el idioma en que se imparte el programa. En este aspecto, se encuentran los MBA en español y los MBA que se imparten principalmente en inglés. Este último caso se suele dar en los másters como el Máster Universitario en Dirección Internacional de Empresas de ICADE . Las asignaturas de este máster se imparten en este idioma, abriendo puertas al alumno a las empresas internacionales así como a un modelo de gestión global. En idioma español, se imparte el Master en Administración de Empresas de la Cámara de Comercio de Madrid, que se ha convertido en un referente entre profesionales y empresarios por su enfoque práctico en el aprendizaje de la gestión empresarial en un entorno real y altamente competitivo.

En segundo lugar, los MBA según la modalidad. En este caso, se distinguen tres formatos diferentes de realizar un máster en administración de empresas. Por un lado, un MBA presencial; por otro lado, uno semipresencial; y, por último, uno online. Esta última modalidad online permite realizar un MBA desde cualquier parte del país o incluso del mundo entero.
¿Para qué sirve un MBA?
El objetivo principal de un MBA es formar a los alumnos para convertirse en directivos de una empresa, proporcionando aptitudes y habilidades en management, imprescindibles para ejecutar acciones y dirigir la distintas áreas de una compañía o negocio.
Así, las asignaturas y las clases que se imparten se dedican a preparar a los estudiantes a desempeñar cargos ejecutivos en cualquier tipo de empresa: pequeñas y medianas empresas, corporaciones o multinacionales, que operen en cualquier sector de actividad.
De esta manera, un máster de administración de empresas es igual de útil si vas a trabajar por cuenta propia, como trabajador o profesional autónomo, como si vas a trabajar por cuenta ajena para una gran empresa o sociedad.
Con un MBA, se pone al alcance del estudiante una serie de herramientas y de habilidades que son claves para tomar las decisiones como se demanda en un alto cargo en cualquier negocio o empresa. El alumno aprende a conocer los distintos escenarios de la realidad de las empresas y del mercado en el que le va a tocar desenvolverse como agente de cambio.
Las asignaturas que se imparten en el MBA, por este motivo, se centran en abarcar todas las áreas funcionales de una empresa, como son: dirección financiera, recursos humanos, marketing y comunicación, estrategia, gestión de operaciones y economía empresarial.
Hoy en día, se considera un punto a favor del trabajador contar con MBA en el currículum, sobre todo para optar a puestos de ejecutivos, altos directivos o consejeros delegados. La razón fundamental es que su perfil responde a las necesidades de las empresas por su perspectiva amplia del contexto para detectar oportunidades y responder a los desafíos.
En conclusión, los MBA pretenden que el estudiante tenga una visión estratégica y global de una empresa, así que, todo aquel que quiera desarrollar y dirigir su carrera hacia la dirección y gestión empresarial, optar por la realización de este tipo de máster, es una excelente decisión de inversión en formación con muchas oportunidades laborales y de desarrollo de la carrera profesional.
¿En qué se diferencia un MBA de un máster convencional?
Para terminar, se va a comentar en líneas generales, las diferencias entre un máster convencional y un MBA para facilitar el camino a la hora de elegir el máster que más se adecúe a los interesese y expectativas del interesado.

Así, un máster convencional es, simplemente un posgrado que complementa la formación que uno ha adquirido en la universidad. Realizando un máster, se pretende especializarse en un aspecto más concreto de tus estudios siendo muchos de ellos habilitantes para el desarrollo de una actividad laboral concreta.
De esta manera, existen másters de todas las ramas educativas de la universidad, como, por ejemplo, derecho, sanidad, ingeniería, comunicación o educación.
Realizar un máster en alguna de estas ramas consiste enfocarse en la especialización en algunas de sus áreas temáticas. Si se elige realizar un máster en derecho, puede optar por uno centrado en derecho penal, derecho empresarial o en derecho internacional.
Sin embargo, un MBA es un máster o un programa orientado, no sólo a un ámbito específico de la administración de empresas, sino a la actividad de la misma. Un MBA forma a los alumnos que lo estudian a dirigir empresas, dándoles todas las herramientas y competencias necesarias para poder ejercer de forma idónea el cargo de directivo de una empresa.
En este aspecto, un MBA se centra en formar a los estudiantes a llevar a cabo funciones muy específicas en un sector de la empresa: la dirección sin perder la visión holística del negocio y la interacción entre cada una de las áreas más importantes. Además, las habilidades adquiridas sirven para cualquier tipo de negocio o tamaño independientemente del sector de actividad de la misma.
Así, como se ha podido observar, la diferencia principal entre un máster y un MBA es la especialización. Mientras que, en un máster convencional, el estudio se centra en una rama concreta de la carrera que has estudiado para conocerla en profundidad, un MBA se centra en formar al alumno en unas funciones específicas, concretamente, las áreas funcionales claves que son necesarias para tener un perfil directivo en una empresa con éxito.