Dinero fácil, prosperidad y baja inversión. Esos son los principales reclamos del dropshipping para atraer cada vez a más emprendedores. Basta con realizar una búsqueda en Google con este término y obtener como resultado decenas de miles de resultados entre los que es posible perderse.
¿Qué es dropshipping?
De manera resumida, esta fórmula de negocio es trasladar al ecommerce el trabajo de un intermediario, un comisionista. Un negocio basado en el dropshipping funciona tal que así: un distribuidor de productos compra los bienes y los acaba vendiendo de manera directa a un particular.
Así interpreta el dropshipping Miguel Acosta, experto en comercio electrónico. En el proceso del dropshipping, el emprendedor únicamente actúa como punto de encuentro con los clientes. Estos encargan bienes determinados y él los tramita con un fabricante o una plataforma que son quienes los envían directamente a los compradores.
Como emprendedor no recibe ningún producto, no almacena ni genera stock. Acosta afirma que es una buena opción de negocio cuando se apuesta por un nicho con posibilidades de crecimiento, pero puede convertirse en un error si lo que se hace es actuar sobre productos muy económicos ya a la venta en grandes gigantes del comercio electrónico como Amazon, Ebay o AliExpress.

Dropshipping de la mano de grandes plataformas
Una opción por la que apuestan muchos emprendedores es la de dar el salto al dropshipping bajo el respaldo de plataformas de distribuidores y gestores de contenidos como Shopify. Estas cuentan con un catálogo elevado de productos que abastece el canal online y venden a clientes de comercio electrónico, marketplace y redes sociales. Incluyen también la posibilidad de crear o comprar tiendas virtuales y el mantenimiento de las mismas, por el que cobran tarifas mensuales dependiendo del plan contratado.
Adquirir un compromiso con una de estas plataformas ayuda a garantizar el acceso a los productos, pero en estos casos es importante atender a cuestiones como qué es la cantidad mínima de pedido. Este condicionante hace referencia a la cantidad mínima de pedido que un proveedor demanda para hacer negocios con un cliente.
Cuanto más alta sea la cantidad mínima de producto o MOQ, más posibilidades existirán de aprovecharse de beneficios en la transacción. Cada proveedor determina su propia MOQ, que puede ser establecida a través del número de productos o mediante el costo mínimo de pedido.
El dropshipping en cifras
Según los últimos datos disponibles de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, el comercio electrónico alcanzó una facturación total de 12.493 millones de euros en el tercer trimestre del año 2019. Esa cifra continúa con la dinámica ascendente iniciada en el cuarto trimestre de 2015, cuando el volumen de facturación no llegaba a los 5.500 millones. El dropshipping supone una forma sencilla de iniciarse en el ecommerce.
Afianzarse en la red, la gran tarea pendiente de los negocios de dropshipping
El emprendedor, cuando comienza un proyecto de dropshipping, accede a una oportunidad de negocio que tiene sus riesgos pero también sus aspectos positivos, porque es posible vender online sin stock. La crisis abierta por la Covid-19, sumado al crecimiento exponencial en ventas que está viviendo el ecommerce en estas semanas de confinamiento, puede animar a muchos afectados a buscar una solución económica que es aparentemente sencilla.
Esta fórmula de comercio electrónico incluye ventajas como dejar de lado el stock, pero no es una solución mágica. Para alcanzar la supervivencia hay que ser consciente de que conlleva riesgos, la competencia con marketplace y otros emprendedores que hagan dropshipping puede ser muy alta. Y a esto se añade la dificultad de construir una marca online reputada en la red.
Qué lleva a los emprendedores a apostar por el comercio online
El dropshipping es solo una fórmula más de negocio a desarrollar dentro del comercio electrónico. Existen muchas tiendas online que acuden a esta vía como complemento de la venta de sus propios productos.
En una situación como la actual, en plena pandemia y crisis sanitaria por la Covid-19, la única solución que le queda a determinados negocios es apostar por el ecommerce. Esta vía les permite mantener su flujo de actividad comercial, evitar posibles pérdidas y garantizar algunos puestos de trabajo.
La consultora Nielsen ofrece datos en los que se constata que el impacto del coronavirus ha tenido como resultado un repunte del 62% en la venta de productos de rápido consumo por internet en España. Perfiles de la población que se mantenían tradicionalmente alejados del consumo online están sumándose a esta alternativa, la única posible en muchos sectores paralizados por el estado de alarma.
La evolución en España
Algunos sectores de primera necesidad como la alimentación, las medicinas o los productos farmacéuticos están viviendo un auge importante, el mismo que están perdiendo productos no esenciales como el turismo o la moda. Sin embargo, otros como la tecnología, donde el modelo de negocio del dropshipping sí puede resultar muy atractivo, también están experimentando un rápido crecimiento.
Los próximos meses, cuando ya España entre en una fase de desescalada de las medidas de confinamiento, serán claves para comprobar cómo sigue creciendo el comercio electrónico a nivel nacional e internacional, pues a la dinámica que venía siguiendo en los últimos años se le suma un posible cambio de paradigma en las relaciones sociales y en los hábitos de consumo.