Hace algunos meses se publicó la OPE 2017 (Oferta Pública de Empleo) con más de 20.000 plazas de empleo público entre las diferentes administraciones de todo el país. La economía está empezando a remontar y ha llegado el momento de recuperar y ampliar las plantillas de funcionarios que tanto se han tenido que reducir durante la crisis.
La buena noticia es que esta vez podrán presentarse a las oposiciones de la Administración Estatal personas de toda condición, puesto que la variedad de puestos ofertados incluye cualquier nivel de titulación. También es importante señalar que las plazas cubren la totalidad de España, por lo que con toda seguridad, si estás buscando empleo, también hay plazas para trabajar en tu Comunidad Autónoma. En los próximos años se van a aprobar bastantes más, asi que es una oportunidad ideal para salir del desempleo o encontrar un trabajo estable.
¿Dónde puedo preparar mis oposiciones?
Existen diferentes centros homologados en todo el país, academias y centros de preparación. Puedes buscar información en los sitios oficiales o apuntarte a ADAMS Formación, donde la mayoría de sus alumnos terminan consiguiendo un buen puesto como funcionario.
¿Qué ventajas tiene ser funcionario o trabajar para las administraciones públicas?
Ser funcionario tiene una serie de ventajas frente al sector privado entre las que destacan las siguientes:
La estabilidad. La posibilidad de que te despidan en el sector público es casi inexistente, por lo que si no ocurre nada extraño tendrás un empleo asegurado hasta tu jubilación.
Las vacaciones. Los funcionarios cuentan con un descanso regulado y 6 días de “asuntos libres”. En el caso de los docentes las vacaciones son las más largas de todos los empleos conocidos, aunque no puedes escogerlas, cosa que sí ocurre en todos los demás empleos úblicos.
El desayuno. El funcionario, por regla general, cuenta con un desayuno que puede ir desde los 20 minutos hasta los 45.
El horario. Mientras en el sector privado hacer más horas extra está bien mirado en el sector público los horarios se cumplen a rajatabla.
Igualdad salarial entre hombres y mujeres. Para dar ejemplo el Estado y las Administraciones públicas han puesto especial cuidado en respetar la igualdad de género en el empleo público. Ya sabesmos que esto no se cumple en el sector privado.
Flexibilidad en el vestir. Mientras en el sector privado es muy habitual el uso de uniforme, en el privado, especialmente en las oficinas hay mucha mayor flexibilidad (docencia, administración, etc.)
Tus superiores no te pagan el sueldo. Una empresa busca sacar la máxima rentabilidad a sus trabajadores, y el celo con el que se les vigila se extrema. En el caso de los funcionarios no es directamente el jefe quien paga la nómina, por lo que el nivel de estrés del trabajador se reduce.
La movilidad geográfica. Dependiendo del tamaño de la empresa no tendrás la posibilidad de modificar tu residencia. Siendo funcionario la situación es bien distinta, normalmente puedes solicitar un traslado si la causa es justificada, y en cualquier caso puedes tratar de concursar por un destino una y otra vez hasta conseguirlo, aunque todo dependerá de si es administración es nacional, autonómica o local.
La Competitividad. Puesto que las posibilidades de ascender en el sector público son algo limitadas la competitividad es mucho menor, lo cual genera menos roces entre los compañeros y ayuda a tener una vida más relajada.
Las faltas de asistencia. Hay mayor flexibilidad para justificar una ausencia en el trabajo para un funcionario. En el sector privado una falta injustificada puede ser motivo de despido procedente.