Desde hace algunos años no hay habitación de bebé que se precie que no tenga vinilos infantiles en la pared. Es una moda que ha venido para quedarse. Lo cierto es que tiene muchas ventajas respecto a costumbres decorativas anteriores. Hoy vamos a hacer un breve repaso de cómo hemos llegado hasta aquí y por qué los vinilos están teniendo tanto éxito.
Si echamos la vista atrás vemos que hasta los años 80 la mayoría de los comercios se pintaban a mano, incluso las imágenes de las películas en los cines. Los logotipos se pintaban con gran maestría a pulso en la fachada. Este tipo de imágenes eran muy costosas y aunque podemos encontrar habitaciones pintadas desde la antigüedad (desde los egipcios hasta el imperio romano como por ejemplo en Pompeya) no era algo al alcance de todo el mundo. Todo esto cambia con la invención del plotter, con fabricantes como Roland, que permitía que directamente desde el ordenador se diseñaran las imágenes que se tenían que imprimir. Desde la llegada del plotter se empezaron a usar nuevos materiales como el vinilo que se podría troquelar y fabricar en masa, abaratando infinitamente su coste. Fue algo parecido a la llegada de la imprenta en el mundo del libro.
Resultaba tan barato que los negocios podían fabricar vinilos para utilizarlos tan solo unos días, como ocurre en Navidad, pero también y sobre todo en periodos mucho más cortos como Black Friday, San Valentín, Carnaval, Halloween o Semana Santa. Ahora incluso se pueden adquirir desde una tienda de vinilos online y recibirlos en casa o empresa en pocos días.
Los vinilos infantiles para pared
El paso de la rotulación de negocios a la decoración de casas era una consecuencia natural. Este cambio desterró casi para siempre los papeles pintados en los pasillos, y permitió diseños mucho más originales. El último paso evolutivo lógico han sido los vinilos personalizados. Diseños que están creados únicamente para el usuario que los encarga.
Una de las ocasiones en que las familias se ven “obligadas” a redecorar las habitaciones ocurre con la llegada de un nuevo miembro al hogar. Un bebé supone un torrente de ilusión, pero también nuevos gastos que afrontar. Los vinilos adhesivos para niños son perfectos, pues cumplen ambas funciones: por una lado son bonitos y fáciles de instalar pero por otro son también mucho más baratos que otras opciones.
Hay que tener en cuenta que uno de los primeros recuerdos que tendrá el bebé cuando crezca será aquello que puede ver desde su cuna… las paredes de su habitación ¡solo por esto ya merece la pena escoger los diseños de los vinilos con cariño! Los diseños más populares son las cenefas, los dibujos de Disney, los nombres con letras bonitas, los superhéroes, las películas y series (por ejemplo Star Wars), los vinilos 3D y cada vez han cogido más fuerza dos tendencias: los vinilos infantiles luminosos y las pizarras de pared donde el niño pueda dibujar.
Es habitual que muchas personas tengan su primera experiencia con los vinilos personalizados al tener que decorar las habitaciones de sus hijos y luego se animen a decorar otras estancias de la casa. No necesariamente solo habitaciones, sino también el pasillo, la cocina o el salón.
Buscando nuevas opciones es como la mayoría de la gente conoce los fotomurales.
¿Qué son los fotomurales?
Los fotomurales son enormes reproducciones fotográficas normalmente de paisajes de naturaleza exótica, que aportan un ambiente diferente a las aburridas paredes monocromáticas. Casi siempre están divididos en fragmentos más pequeños para que su instalación resulte cómoda, pero el resultado final apenas deja ver en qué punto se ha realizado el empalme entre una pieza y otra.
Se han hecho muy populares la fotografías de grandes ciudades en blanco y negro, los primeros planos de recetas de cocina a todo color, los mapas, las texturas diferentes, los paisajes naturales, las imágenes que proporcionan sensación de profundidad (efecto 3D) o las que trasmiten relax como playas desiertas o vistas al mar.
Vinilos para cocinas
Los adhesivos en cocinas podrían calificarse como una categoría en sí misma. Cada vez hay más modelos con más variaciones, hasta el punto de que ya no resulta extraño encontrar una casa decorada con ellos. Lo bueno de su bajo coste es que si por alguna razón nos cansamos de verlos cada día, fácilmente podemos retirarlos y poner uno nuevo diferente en su lugar.
Las paredes de las cocinas con los humos y vapores sufren mucho, pero el vinilo es un material (no lo olvidemos) diseñado para estar en el exterior de un escaparate, por lo que es resistente al calor, no pierde el color y resiste incluso el agua de lluvia. Es un material perfecto para utilizar en cocinas o baños.
Los diseños más populares para cocinas son con recetas, cosas divertidas, siluetas de alimentos o frases curiosas.
Vinilos personalizados
Una opción que ha ido ganando popularidad con los años (y cada vez a un coste menor) es la de los vinilos personalizados. Normalmente las tiendas ya proporcionan tamaños y modelos de tonalidades estándar, pero la posibilidad de poder imprimir tu propia fotografía o dibujo ha ganado terreno.
Si quieres sorprender a tu pareja para San Valentín uno de los regalos más originales que puedes hacer es instalar un vinilo personalizado con vuestra imagen y vuestros nombres en la pared ¿te imaginas la cara que se le quedará a tu pareja cuando entre a la habitación? es una opción rápida, barata y original. ¿Y si tu pareja es fan de un equipo de fútbol? Puedes instalar temporalmente un vinilo por ejemplo del Real Madrid o del Barça en el pasillo como si fuera una estrella saliendo al campo. Es ideal para celebrar un título o en los días previos a una final de Champions. Lo importante es salir de la monotonía, sorprender y darle color a tu vida.
¿Cómo se pone un vinilo?
Paso 1. El vinilo está formado por dos láminas. La primera tiene silicona y es donde está adherido el motivo, y una segunda transparente que hace la función de transportador. Sobre esta última hay que poner cinta adhesiva para que resulte más fácil retirarla.
Paso 2. Después se coloca el adhesivo sobre la pared teniendo en cuenta las dimensiones totales para que al desplegarlo haya espacio. Mucho cuidado con comenzar por una esquina y darnos cuenta al abrirlo que no hay hueco suficiente. El transportador o lámina transparente debe quedar en el exterior y el papel siliconado en la interior.
Paso 3. Despega el papel siliconado muy despacio, sin movimientos bruscos y sin hacer un ángulo demasiado forzado.
Paso 4. Presiona con un trapo o espátula el adhesivo mientras despegas el papel para que no queden burbujas ni arrugas. Lo ideal es hacerlo desde el centro hacia fuera.
Paso 5. El papel transportador es lo último que se retira. Si te has dado cuenta de que han quedado burbujas puedes pincharlas con un alfiler, dejar que salga el aire y presiona de nuevo para que la zona quede lisa.
Paso 6. Un consejo adicional es que si el vinilo es un fotomural grande, formado por varias porciones, empieza por la más grande. Ten mucho cuidado con los empalmes.