En este trabajo veremos cómo ha sido la recepción de la música de Julio Robles García en los conciertos realizados desde 2016 hasta 2020 en la ciudad de Madrid. Analizaremos las fotos, vídeos y programas de mano de los conciertos para dar respuesta a nuestras preguntas: ¿Cómo ha sido la recepción de la música de Julio Robles García? ¿Se ha generado interés? ¿La creación de nuevos públicos es posible en música contemporánea? ¿Las obras interpretadas han ido en aumento en cada concierto?
Introducción a la obra de Julio Robles García
En el año 2016 Julio Robles García comienza a dar a conocer su obra. Necesitaba a una persona que se encargase de tratar con la editorial para editar y publicar sus partituras, que organizase los estrenos, los conciertos, la grabación de los conciertos, la producción discográfica, y de la difusión y el marketing de sus obras. En definitiva, necesitaba un manager.
Desde 2016 hasta 2020 hemos organizado conciertos de música clásica en Madrid, hemos realizado diferentes acciones para conseguir llevar a cabo estos conciertos. Nos hemos encargado de conseguir los músicos para los estrenos de las obras de Julio Robles García, hemos buscado las salas para los conciertos, hemos realizado la campaña de marketing y difusión del concierto, la cartelería, las invitaciones, etc.
Ahora nos paramos a analizar el fenómeno musical producido y creado en torno a la imagen del compositor madrileño Julio Robles García. Para ello analizaremos los elementos necesarios para la organización de un concierto y su éxito dentro de la música clásica.
Dentro del panorama musical actual, en la ciudad de Madrid, la música clásica ocupa un papel importante. Los ciclos de conciertos, las programaciones anuales y por temporadas, en las diferentes salas de conciertos la ciudad, hacen de la oferta cultural musical una de las más ricas y variadas del panorama musical actual. Dentro de esta oferta musical las salas que programan música clásica de compositores contemporáneos no son muy frecuentes. Y en ocasiones, queda relegada a las pequeñas salas de conciertos o salas alternativas en vez de a los grandes auditorios. Porque la oferta y la demanda, en ocasiones, pasa por asegurar la venta de entradas antes que dar a conocer a nuevos compositores. El riesgo que supone la programación de compositores emergentes es mayor que apostar por los ya reconocidos. Aunque la calidad compositiva de las obras no se ponga en tela de juicio, muchas de las salas optan por no programar a los nuevos compositores, o a los compositores poco conocidos. Así pues, Julio Robles García se encuadra dentro de este panorama de compositores de música clásica contemporáneos, poco conocidos.
Dentro de las industrias culturales y de ocio, los conciertos de música clásica tienen una cierta relevancia dentro de los espacios diseñados para ello en la ciudad de Madrid. Por otro lado, la relación entre el público y la música clásica ha sido un tema recurrente dentro de la creación de nuevos públicos para este ámbito de la cultura. El envejecimiento de los públicos que asisten a los conciertos de música clásica es una preocupación constante de las salas de conciertos. Por último, la programación musical de las salas de conciertos de Madrid y su rechazo a los nuevos compositores, es un problema de ayer y hoy.
La obra de Julio Robles y su relevancia dentro de la música contemporánea a partir de mediados del siglo XX
A través de la historia de música hemos ido viendo cómo se han ido introduciendo recursos compositivos que han determinado que una música se enclave en una época u en otra. En la música del s. XX vemos cómo los compositores conocedores de todas las técnicas anteriores y recursos musicales compositivos previos intentan romper con esas estructuras “clásicas” para crear el caos e introducir recursos sonoros, considerados “ruidos” o “grabaciones” dentro de sus obras. Al igual que en épocas anteriores los recursos tecnológicos como la grabación de “audio”, “imágenes”, “utilización de máquinas”, “utilización de ordenadores”, etc., se incorporan a las composiciones musicales del s. XX. En este momento experimental, dónde todo vale, la vuelta a los valores clásicos, de orden tonal y rítmico se contraponen a las experimentaciones sonoras de otros compositores.
En este contexto encontramos la obra de Julio Robles García. Donde su obra, va desde las sonatas clásicas para piano, como Sonata para piano, Reencuentro, o las Variaciones coreográficas sobre un tema de Rachmaninov, pasando por agrupaciones instrumentales variadas como un Trío para dos clarinetes (Sib) y un violonchelo, un Octeto para instrumentos de viento -madera (2 clarinetes, 2 oboes, 2 fagotes y 2 flautas), así como Alegoría (piano, clarinete bajo y conjunto de cámara), sin olvidar las obras para violín y piano, como Evocación o la Sonata para violín y piano o su obra Impresiones para violonchelo y piano, y su famoso Concierto para dos pianos. En total son diez obras publicadas, y otras muchas que todavía no se han publicado y esperan su turno apiladas desde el suelo hasta la altura de la cintura, en el suelo de la casa del compositor
El estilo compositivo de Julio Robles García varía según cada obra. Podemos intuir que cada obra fue compuesta con un fin concreto. Algunas fueron un encargo, otras fueron ejercicios de cuando estudiaba composición que luego adaptó a su gusto, etc. Pero si encontramos una constante en sus obras que es su amor por Chaikovsky. En muchas de sus obras introduce guiños a la forma de componer de Chaikovsky, y de los compositores rusos, como Rachmaninov. Por otro lado, la utilización de un pequeño leitmotiv propio, aparece como sello identificativo de la obra de Julio, en gran parte de sus composiciones. Este leitmotiv, es el sello de garantía Julio Robles. Podríamos afirmar de forma general que estas dos características, sus influencias rusas y el uso de leitmotiv, son su sello de identidad.
Los públicos y la música contemporánea
El envejecimiento del público de los conciertos de música clásica es un problema que preocupa a todos los que trabajan este tipo de conciertos. La media de edad de los asistentes va de los 40 años en adelante, como nos mostrarán los estudios que veremos a continuación. La mayoría son jubilados que buscan refugio del frío y del stress, en las salas de conciertos. Y otros son amantes de la música clásica desde hace años. Tal cómo nos cuenta Joan-Albert Serra:
Cualquier asiduo asistente a conciertos de música clásica es consciente de la poca presencia de jóvenes entre el público. Las estadísticas de la Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2010-2011, elaborada por el Ministerio de Cultura, nos lo confirma al poner de manifiesto que las personas que acuden con mayor frecuencia a conciertos sinfónicos o de cámara son las de la franja de edad de 55 a 64 años, seguidas por las de 45 a 54 y a mayor distancia las de 65 a 74 y 35 a 44.
Si analizamos la evolución a través de encuestas anteriores observamos una clara tendencia al envejecimiento progresivo del público. En el estudio de 2002-2003 la franja de edad 45-54 encabezaba ligeramente esta clasificación, seguida por la de 55-64 y a mayor distancia la de 35-44, ligeramente por encima de la de 65-74. Sin embargo, en las estadísticas de 2006-2007 eran los oyentes de 55-64 los más asiduos a estos conciertos, seguidos por los de 45-54 y más lejos los de 65-74, que ya superaban a los de 35-44.
Este mismo informe confirma también que la gran mayoría de los asistentes a conciertos de música clásica tienen estudios universitarios, sin embargo es fácil deducir que las personas con estudios universitarios de menos de 45 años, y especialmente las de menos de 35, tampoco son oyentes habituales de clásica. (Serra, J.A. 2013)
Todos estos factores que se recogen para los consumidores de conciertos de música clásica se ven reducidos cuando hablamos de la música contemporánea, como sección de la música clásica. Quizá, a través de los Festivales de Música Contemporánea ganen visibilidad, como por ejemplo el Festival COMA, que se da en Madrid, junto con otros festivales que se dan por España, tal cómo nos cuenta Amparo Civera Saiz (2010), en el análisis que realiza sobre la oferta de música contemporánea en 2009. En su análisis, corrobora que la mejor forma de dar visibilidad a este sector de la Música Clásica, que es la Música Contemporánea, sean los festivales.
Conclusiones
Tras el análisis de los conciertos con música de Julio Robles y repasar los datos que nos ofrece el Anuario de Estadísticas Culturales de 2018, del Ministerio de Cultura y Deporte, podemos afirmar que la música de Julio Robles es un fenómeno social y cultural en Madrid, dentro de la música clásica. Si bien es cierto que el anuario nos aporta datos generales sobre la música clásica en Madrid, podemos extrapolar dichos resultados con los extraídos del análisis de los conciertos de Julio Robles.
En primer lugar, el envejecimiento del público que asiste a este tipo de conciertos es evidente. Este hecho se pone de manifiesto tanto en los datos arrojados por el Anuario de Estadísticas Culturales de 2018, del Ministerio de Cultura y Deporte, que afirma que la media de edad de los asistentes a conciertos de música clásica son personas de entre 55 a 64 años, tal y cómo podemos ver en las fotos de los conciertos de Julio Robles. En segundo lugar, los datos arrojados del análisis de los conciertos de Julio Robles nos ponen sobre la pista de que hay que hay que “alfabetizar” (Castellón, L. 2017) al púbico en cuestiones de música contemporánea. Deberíamos organizar talleres de sensibilización hacia este tipo de música, e introducirla en los colegios e institutos, así como en la publicidad y otros medios de comunicación con el gran público, para evitar su extinción. Por otro lado, los festivales de música contemporánea, como el festival COMA, favorecen y sirven de plataforma para dar visibilidad a estas músicas emergentes.
La música clásica contemporánea, nos ofrece la posibilidad de renovar y mantener nuestro acervo cultural. Incorpora tanto la tradición como las nuevas formas compositivas aportando una nueva visión de la música clásica convencional.
Del análisis de las obras de Julio Robles, podemos afirmar que la mayoría de sus obras tienen motivos musicales melódicos al estilo del siglo XIX, y en contadas ocasiones, como en la obra Alegoría, encontramos estructuras compositivas atonales, seriales o del siglo XX. Julio Robles combina a la perfección, las técnicas compositivas del clasicismo y del romanticismo con las del siglo XX, sin causar sensación de malestar en el oyente
En definitiva, hemos visto cómo el número de personas que asisten a los conciertos de Julio Robles ha ido variando, en función del lugar y del día y de la hora en que se realizase el concierto. El público que asiste a los primeros conciertos era en su mayoría amigos y simpatizantes del compositor, y en los sucesivos conciertos había público nuevo, que no era exclusivamente conocido del compositor. Por lo que sí podemos afirmar que existe un interés por la música de Julio Robles, y que hemos dado a conocer su música a nuevos públicos.
Otro aspecto que hemos analizado es que en cada concierto el número de obras de Julio Robles se ha ido incrementando. Así pues, en el concierto en la Sala Shigeru Kaway Center, se interpretaron tres obras de Julio Robles, seguidas, cosa que en los primeros conciertos no sucedió. Este dato, nos permite ver cómo el público cada vez demanda más obras de Julio Robles. Aunque no son obras que se interpreten en otros auditorios, los músicos que han estrenado sus obras, las incluyen en su repertorio, y las interpretan en otros auditorios. Como es el caso de Elena Frutos, que ha interpretado la obra Reencuentro, de Julio Robles, en el concierto del día 28 de enero de 2019, y ahora la interpreta en los Hospitales dónde ella trabaja dentro del proyecto “Música en Vena”.
Cuando nos paramos a pensar sobre los factores que intervienen en el número de conciertos programados con las obras de Julio Robles, desde el punto de vista de la gestión cultural, vemos varios aspectos:
La falta de financiación nos obliga a elegir salas de conciertos gratuitas, que están sujetas a unas condiciones muy estrictas de uso, entre las cuales no podemos cobrar entrada por el concierto. El hecho de que sea un compositor poco conocido tampoco favorece la inclusión de sus obra en salas en las que sí podamos cobrar entrada. Por lo que tenemos que trabajar con un presupuesto muy bajo, y la única financiación surge de los mecenas y del propio compositor.
La falta de recursos humanos, también la suplimos con voluntarios y personas que quieren colaborar con nosotros como personal de sala en los conciertos, técnico de iluminación, fotógrafo, retransmisión en directo, etc.
En ocasiones, la falta de recursos técnicos nos ha llevado a utilizar nuestras propias cámaras de fotos, de vídeo, ordenadores, etc.
La selección de la sala pasa por varias horas al teléfono y visitando los centros culturales y bibliotecas públicas, así como otros espacios que nos recomienden. Los horarios, para ensayar antes del concierto, o de utilización de la sala, muchas veces quedan reducidos dependiendo de la disponibilidad de estos espacios. Ésta circunstancia, en ocasiones, ha causado malestar entre el público y los propios músicos.
Por fortuna hemos tenido mucha suerte a la hora de encontrar a los músicos adecuados para cada obra. Algunas de las obras requieren una destreza técnica poco habitual entre los estudiantes de grado medio. Por lo que hemos trabajado con músicos profesionales en la mayoría de los casos. En general, los intérpretes que han colaborado en los conciertos lo han hecho de forma desinteresada. A cambio, ellos han obtenido la promoción de todos sus otros conciertos y actividades musicales, en prensa, radio y redes sociales.
En la actualidad, seguimos editando partituras de Julio Robles, buscando a los músicos que quieran colaborar con nosotros, buscando salas de conciertos, difundiendo su música allí por dónde vamos, y por las redes sociales gracias a la Asociación Cultural Julio Robles García (ACJR) para nuevos talentos sin límite de edad.