Alumbrado navideño de Vigo. El Magacín.

En las ultimas semanas Vigo está siendo noticia por la increíble afluencia de turistas que está atrayendo su alumbrado navideño. Nueve millones de bombillas han logrado que 700.000 personas visiten la capital pontevedresa, y eso solo desde el pasado 24 de noviembre, día de su inauguración.

El puente de la Constitución, Porta do Sol, el cruce de Colón con Policarpo Sanz y la conexión de Urzáiz con Gran Vía son los puntos neurálgicos que concentran el mayor número de turistas. El alcalde Abel Caballero puede estar más que satisfecho: los hoteles están llenos a rebosar y algunos restaurantes se han quedado literalmente sin existencias. A buen seguro ya ha recuperado los 4,5 millones de euros que le ha costado la instalación.

Pero ¿qué más esconde Vigo? Vamos a darte algunos por los que no puedes quedarte sin visitar la gran metrópolis gallega:

Las islas Cíes (Parque Nacional de las islas Atlánticas de Galicia)

Lo mejor de Vigo no está en Vigo. Las islas Cíes, o islas de los Dioses, como se conocía en la antigüedad, están a menos de media hora en barco desde el puerto de la ciudad. Se trata de tres formaciones de tierra (dos de ellas unidas por una playa) de unos seis kilómetros de largo por uno de ancho.

Las islas tienen dos caras: una que mira al continente, plagada de playas, y otra que mira al Atlántico, con sobrecogedores acantilados.

Islas Cíes de Vigo. El Magacín.

La playa principal se llama Rodas, y sería una de las mejores playas del mundo si no fuera por su fría agua. Tiene forma de media luna de suave arena blanca. A pocos metros está la playa de Figueiras que permite hacer nudismo. Y se puede recorrer el interior de las islas, recubierto de frondosos bosques, faros (espectacular el de San Martín) y caminos de montaña.

Las Cíes no tienen coches pero sí cuenta con dos restaurantes, una tienda, un camping y un pequeño bar. Todo lo demás es naturaleza en estado puro. ¡Date prisa en reservar tu visita! En verano solo se permite un máximo de 2.200 turistas al día (en invierno no hay transporte público hasta las islas).

Las playas de Vigo

En el continente hay aún más playas: el área de Vigo tiene 45 en total. Comenzando junto a la iglesia de San Miguel en Bouzas, un distrito de pescadores a 10 minutos en coche del centro, hasta 15 kilómetros al sur y al oeste hasta Saians. Samil es la más grande de todas, con dos kilómetros de largo, y la más transitada, flanqueada por bares y áreas recreativas para niños. Los lugareños tienden a dirigirse más lejos todavía, a la tranquila La Fontaíña, o Fortiñón, que se encuentra en una colina empinada, pero todavía animada, con un bar muy popular.

Sin embargo, un viaje a Vigo ofrece mucho más que descanso en las playas. Es la ciudad más grande de Galicia (aunque Santiago de Compostela es la capital), y su área metropolitana concentra casi medio millón de personas.

Casco antiguo de Vigo

El casco antiguo es montañoso. Sus calles tienen nombres evocativos que aún cumplen sus funciones originales: se pueden comprar ostras en la Calle de las Ostras, sombreros en la de Sombrereiros y canastas en Cesteiros. Viejas tabernas venden cerveza por un euro. En los bares se sirven copas de albariño (el vino local) o jóvenes, tintos ácidos. Los bares de tapas se especializan en mariscos, sin lugar a dudas los mejores de España gracias a la temperatura del agua y el tipo de plancton que abunda aquí. Hay pulpo, calamares, sardinas a la parrilla y chinchos (pescado pequeño frito). La calle principal es la del Príncipe, llamada así en honor del hijo de Isabel II.

Plaza de la Constitución de Vigo

El casco vello (casco antiguo) está plagado de restaurantes. Recomendamos Matina (Rúa Abeleira Menéndez 26), una cafetería que también vende ropa, muebles y arte. Al lado hay una tienda de vinos que acaba de abrir, Artemar (Rúa Gamboa 20). Se trata de un nuevo bar de tapas que sirve pescado de alta calidad, Nos (Rua Palma 3) es una pequeña cervecería y La Pulpería de Maruja (Rua da Laxe 9) es un pequeño restaurante galardonado con una estrella Michelin.

Vistas de Vigo. El Magacín.

El Monte de O Castro

Es el lugar donde nació Vigo en el siglo III a.C. y contiene algunos restos arqueológicos. Para bajar a la ciudad hay que serpentear empinadas cuestas, pero por otro lado permite tener una panorámica de la que pocas ciudades pueden presumir. Los atarcederes desde aquí (con el sol poniéndose en el mar) son una delicia.

El puerto de Vigo

Es el segundo puerto más grande de Europa, y el primero en pescado fresco. Puede que no sea el más bello de Galicia (muy recomendable el paseo marítimo de La Coruña) pero es la fuente de toda la riqueza de la ciudad. De él también salen barcos públicos al archipiélago de Ons, que también forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas.

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