Nuevo presidente de la República Francesa Emmanuel Macron. El Magacín.
Nuevo presidente de la República Francesa Emmanuel Macron. El Magacín.

Sin sorpresa, Emmanuel Macron gana las elecciones con un 65,5% de votos, que puede aún evolucionar, contra 38,7% para Marine Le Pen, candidata del Front National. El fundador del movimiento “En Marche”, vehículo político creado tras su salida del gobierno de François Hollande, registra la segunda victoria paradójica de la historia electoral francesa.


El precedente es 2002, cuando Jacques Chirac ganaba de la misma manera para hacer obstáculo a una eventual presidencia de Jean Marie Le Pen. La victoria de Macron padece de entrada de varias vulnerabilidades de origen: No gana por adhesión, sino como estratagema para evitar Le Pen; el 65,5% (al cierre de esta edición) debe ser relativizado por el nivel más alto de abstención desde 1969 (25 a 27%) y de votos blancos (11%); sobre todo, no dispone de aparato para ganar las legislativas dentro de apenas un mes, es decir de mayoría, y por último, ciertos destellos indicadores de un culto a la persona se oponen en todo y por todo a la cultura francesa y la misma prensa que lo coronó, le puede cortar la cabeza. La principal esperanza para Macron de generar adhesión propia reside en su auténtica inteligencia e instinto político.

Un sí a Europa

Es mucho más lo que no se sabe de Macron que lo que se sabe y el discurso de esta noche del presidente electo más joven de la historia francesa no aclara mucho. El leitmotiv “cualquiera menos ella” le permitió ganar sin siquiera dar a conocer el nombre de su Primer Ministro. Lo dará a conocer tan solo la semana que viene. Una carencia notable de información ante el funcionamiento de las instituciones francesas dentro de la conformación de la V República. Lo que sí se sabe de Macron es que es un ferviente defensor de las instituciones europeas y de una reforma de éstas hacia un sistema federal con un Ejecutivo más fuerte por parte de la Unión Europea, concepto que a veces asume, a veces no. Del 65% más de votos a Macron,  la parte realmente representativa es la ratificación del sentimiento europeo francés. Motivo por el cual la elección de Macron es especialmente celebrada en Berlin.

Muy inspirada por el nacional socialismo de Cristina Fernández de Kirchner, Le Pen optó enfáticamente por la entronización de medidas proteccionistas, la antípoda de lo que hizo el éxito del sistema capitalista occidental y el éxito de los países más desarrollados

Un hito importante de la campaña fue el debate del miércoles pasado, durante el cual la candidata Marine Le Pen se comportó muy por debajo de lo que venía demostrando. Sus propuestas económicas se mostraron por momento surrealistas, cuando no ridículas, frente a un programa consistente del tecnócrata Macron. Muy inspirada por el nacional socialismo de Cristina Fernández de Kirchner, Le Pen optó enfáticamente por la entronización de medidas proteccionistas, la antípoda de lo que hizo el éxito del sistema capitalista occidental y el éxito de los países más desarrollados. Ese fue tal vez su error mayor. Le Pen podía recuperar el 20% de los votos de François Fillon (Les Républicains, herederos del gaullismo). Pero sus propuestas, como la de entronizar un sistema de doble moneda euro-franco francés,  espantaron a la derecha y de modo general espantaron a las personas dotadas de sentido común.


El Front National latinoamericanizado

Marine Le Pen hizo la apuesta de no abordar a los electores de Fillon, considerándolos ganados de antemano, e intentó, en su lugar, recuperar los votos de la extrema izquierda del candidato comunista Jean Luc Mélenchon, los cuales bajo ningún pretexto se hubiesen reportado sobre su candidatura, y es así que se bajó del 40% de votos: fue espanto por doble parte. Fue una mala estrategia, muy criticada dentro de su aparato, en una palabra, irrecuperable. En su discurso esta noche, tras la publicación de los resultados, Marine Le Pen reconoció la derrota electoral y, sobre todo, anunció “la transformación profunda” de su partido para aprovechar el momento histórico. El Front National concretó su primera alianza en su historia política con el movimiento soberanista de Nicolas Dupont Aignant, “Debout La France”. Le Pen parece haber entendido el dicho francés según el cual no hay guerra que se gane sin aliados, dentro y fuera de su movimiento. Cuanto más que la noche de los cuchillos largos no va a tardar a desencadenarse. Muchos le reprochan a Marine haber desnaturalizado los valores de su partido.

Es importante tener presente que, a diferencia de Chirac, Macron no tuvo por contrincante a Jean Marie Le Pen, sino a su hija. En disidencia con su padre, Marine, tal como la conocen los franceses, llevó a cabo un importante pulido de imagen de partido “petenista” (en referencia al Marechal Pétain) y logró demarcarse de las infamantes declaraciones y actuaciones de su progenitor. El Front National, a pesar de su cáscara de partido de extrema derecha, mutó en otro partido extremista, pero de izquierda, con un tinte identitario en la denuncia (más que legítima) del comunitarismo surgido de la inmigración musulmana. Un miedo que representa una ola de fondo de la opinión francesa que Macron no parece dispuesto a despreciar ahora que es presidente electo. En su discurso esta noche, reflejó en varios pasajes el caso que haría de esos miedos y cólera, en total ruptura con el tono de campaña. Si los votos de Macron no son votos de adhesión, el 38,3% de Le Pen, a pesar de sus errores, son suyos. En términos relativos, ganó ella. Es un tremendo mensaje. La diabolización del Front National aún vigente, único motivo de la victoria de Macron, no puede hacer olvidar la realidad societal detrás de esos números.


Además de la diferencia entre Marine y su padre, de Macron y Chirac en 2002, la victoria de Macron llega en una era de plaga terrorista en el suelo francés con centenares de muertos estos últimos dos años. Una presidencia ya no sólo se juzga por sus resultados económicos o de política internacional. La nueva prioridad es la defensa contra el enemigo interior. La democracia ha sido profundamente alterada en el día a día por el simple hecho que las medidas del estado de emergencia permanente no se condicen con las garantías de la democracia y de libertades civiles. Mientras no se trate la raíz del problema que tiene por nombre, guste o no guste, la poca aptitud a integrase de cierta inmigración, su costo en el presupuesto nacional y el esfuerzo requerido para luchar contra los efectos secundarios del sunismo radical enquistado en una sociedad de recepción que pasó de la sorpresa al traumatismo, las medidas del estado policía irán extendiéndose con o sin el Front National.

 

Un artículo de Teresita Dussart

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