Entrevista a Javi J. Palo, actor y humorista: “Siempre hay una buena razón para reírse”
Javi J. Palo, actor y humorista

“Yo me compré un CD de Emilio Aragón. De vez en cuando lo escucho. Sí, ¿qué pasa? me siguen oliendo los pies”. Javi J. Palo es un tipo con gracia. Tras el éxito cosechado en anteriores funciones, el actor y humorista vuelve a la sala Off Latina de Madrid (sábado 30 de octubre a las 13 horas) con su espectáculo “Las cosas que no contamos”. Se trata de un divertido show en el que saca a la luz muchas de esas cosas que guardamos en nuestro interior, pero que, según él, hay que contarlas. Al hacerlo somos más felices y pesamos menos.


– ¿Guardamos muchos secretos los seres humanos?

Muchos. Y la mayoría de ellos son minucias mentales, prejuicios hacia nosotros mismos. La mayoría no son importantes, pero ahí están, dentro. En nuestra cabeza hay más secretos que hechos reconocidos y públicos.

– ¿Cuáles son algunas de esas que no contamos y que deberíamos contar?

Pues todo lo que nos da vergüenza por el qué dirán; lo que ocultamos porque creemos que no vamos a estar a la altura de los demás. Lo que no es cool a los ojos de otros. Lo que no está de moda, pero tú lo mantienes. Por ejemplo, “Yo me compré un CD de Emilio Aragón y todavía lo tengo, y de vez en cuando lo escucho. Sí, ¿Qué pasa?, me siguen oliendo los pies”. Todo eso hay que sacarlo fuera, decirlo, reconocerlo… Fuera prejuicios. 

Cartel de "Las cosas que no contamos hay que contarlas"
Cartel de «Las cosas que no contamos hay que contarlas»

¿Cómo surge la idea de crear este monólogo?

Tenía piezas escritas que buscaban un late motiv para unirlo en un espectáculo completo. En el confinamiento me dio por pensar en historias que me habían pasado que nunca había contado, anécdotas que podían convertirse en historias graciosas. Todo eso lo mezclé y le di forma.

– ¿Qué tiene de especial este espectáculo? ¿Qué hace que sea diferente a otros monólogos?

Lo diferente de este monólogo con otros que se pueden ver en el amplio espectro del Stand Up es básicamente el ritmo y la utilización de elementos visuales y musicales. No deja de ser un monólogo, pero tiene algo de teatro, de cuentacuentos, de improvisación y de otra cosa que sólo se puede comprobar si lo ves, que es lo que le hace especial.

– ¿Cómo está siendo la respuesta del público?

Muy buena. Las críticas están siendo buenas, y eso ya es algo positivo. La gente se ríe mucho durante la hora y cuarto que estoy en escena, y eso mola.

– ¿Es fácil hacer reír a la gente?

Sí y no. Si la gente está predispuesta a pasarlo bien y a jugar durante un rato es más fácil que se puedan reír con lo que oigan y vean. Si van a la defensiva, será más difícil. Pero es su problema. Ahora, que, aunque vayan predispuestos tú tienes que hacer bien tu trabajo, plantear cosas interesantes, graciosas, bien llevadas… y aún así, aunque lo hagas muy bien, nadie te garantiza que se vayan a reír, porque el humor es muy subjetivo. Lo que a uno le puede provocar mucha risa a otro no. 

– ¿Le ha pasado que la gente no se ría con sus chistes o gags? Si es así, ¿cómo actúa uno en una situación como ésa?

Claro, algunas veces. Yo he sentido el silencio y la mirada incomprensiva del público al acabar un chiste o una frase. Y no mola nada…pero es parte del oficio también.  Al principio de mi carrera lo pasaba mal, pero me duraba poco, porque el espíritu de supervivencia me hacía improvisar rápidamente con algo del momento y salía del paso. Con el tiempo vas ganando experiencia y ves que sigue pasando y entiendes que muchas veces no es culpa tuya. Cuando pasa, sigo improvisando hacia adelante o simplemente lo olvido y continúo. Darle vueltas en ese momento a por qué la gente se ríe o no sólo puede perjudicarte. 

Javi J. Palo
Javi J. Palo

– Después de lo vivido por culpa del COVID, ¿necesitamos reírnos más que nunca?

Sí. Lo que no sé es si más que nunca. En realidad, siempre hay una buena razón para reírse. Lo que está claro es que la situación vivida por el COVID ha hecho que la gente tenga muchas ganas de divertirse y olvidarse de los problemas generados por su culpa.

– ¿Ha cambiado mucho el género del monólogo desde que “El club de la comedia” lo popularizara a finales de los 90?

Creo que sí. Cuando se introdujo en España lo que se hizo es popularizarlo a base de actores famosos que eran un reclamo para el público. La mayoría de ellos no eran cómicos. Cuando se fue estabilizando, poco a poco fueron desapareciendo esos encorsetados monólogos de “El club…” y empezaron a aparecer monologuistas y cómicos con su estilo propio. También con el formato clásico de Stand Up Comedy, pero más genuino. Cuando empezó había pocos monologuistas y ahora hay muchos.

– ¿Qué momento atraviesan la comedia y el humor en nuestro país?

Por un lado, muy dulce. Hay mucha comedia por todos lados, en cualquier formato: monólogos, teatro, plataformas televisivas, programas de radio, internet… pero por otro, muy raro. Parece que hay que pedir permiso para bromear con algo y siempre está la sensación de que alguien se va a ofender. Por otro lado, también tengo la sensación de que hay ciertos sectores que no toman en serio a la comedia y que otros abusan un poco de ella. 

– ¿Se puede seguir innovando en el mundo del humor o está ya todo inventado?

Se podrá innovar a medida que la sociedad vaya avanzando. Hace unos años nadie podía pensar que se podía hacer humor desde casa, grabándose con un móvil y haciendo montajes en los que las frases no se escuchan completas, y ahora es algo normal. Dentro de unos 15 años, veremos esas innovaciones.

– ¿Qué se siente al ver que se han retirado las restricciones y que pueden volver a llenarse los teatros?

Alegría y cautela. Todo lo que sea favorecer al sector cultural es bueno. Ahora hay que ver cómo se hace para que la gente vuelva a acudir a los teatros. Que se abran no quiera decir que ya se llenen. Antes de la pandemia también se hablaba de qué medidas tomar para que la gente acuda más al teatro. Pero mejor sin restricciones, claro. 

– Empezó en el mundo de la comedia en el año 2001 con el dúo “Kuentaké”. ¿Qué recuerdos tiene de aquella etapa?

Los mejores. Kuentaké es la base de lo que soy yo como cómico. Aprendí mucho y viví muchas experiencias con David García Palencia, el otro 50%. Gracias a estos años, puedo decir que estuve con Kuentaké en el programa especial de Nochevieja del 2004, teniendo 20 minutazos de televisión. También he de decir, que Kuentaké paró, pero no desapareció. El año pasado sacamos un canal de youtube, “Kuentaké Vintage”, donde emitimos una vez a la semana un sketch o grabación en directo de años pasados. Ahora estamos preparando nuestra vuelta. 

– Además de Las cosas que no contamos, ¿en qué otros proyectos está trabajando Javi J. Palo?

Pues estoy muy metido con mi espectáculo, pero aun así tengo tiempo para ir preparando otras cosas. Lo de Kuentaké, un libro de ficción que estoy preparando, la preproducción de un nuevo cortometraje, y seguir con mi labor de formador, ya que todo esto lo compagino con formación a empresas dando cursos de comunicación: hablar en público, pitching, storytelling, comunicación escrita…

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