La escritura como forma de evasión. El Magacin.
La escritura como forma de evasión. El Magacin.

¿Por qué escribimos quienes lo hacemos? Esa es una pregunta muy habitual que la gente nos hace cuando descubre que hemos publicado una novela, pero en mi caso ya me la hacían antes, cuando se enteraban que en mi tiempo libre siempre me ha gustado escribir. Y es que la escritura es algo que parece reservado sólo a personas extraordinarias, a grandes genios o a personalidades famosas. Y aunque esa percepción pudiera parecer bastante equivocada, en realidad no va mal encaminada si tenemos en cuenta que escribir lleva mucho tiempo y que la mayoría de personas prefieren invertir su escaso tiempo libre en otras cuestiones. Porque sí, el trabajo de escritor es costoso, y al final sólo unos pocos conseguimos llevarlo a término, ya no digamos publicar una obra.


El trabajo como escritor se puede entender de muy diversas maneras, pero para mí la mejor es la que dice que el escritor es el primer lector de la obra. Esta afirmación aparentemente poética no lo es tanto y tiene dos lecturas. La primera de ellas es que, como dicen muchas personas y es algo que yo defiendo, quien quiere escribir una historia debe hacerlo ante todo para sí misma, no pensando en lo que puedan querer otros. Escribir pensando en un público es muy peligroso porque lo que escribas debería gustarte a ti primero, que serás el primero que valore el resultado final. No obstante no debemos olvidar que sí hay gente que escribe pensando en otros, pero en ese caso se suele dar la circunstancia de que son personas cuyo objetivo no es desconectar de la realidad o pasar el rato, como es mi caso, sino publicar para vender. A esas personas me gusta definirlas como mercenarios de las letras, y muchas veces son gente que no valora el resultado final de su obra porque sencillamente no va destinada a ellos.

La segunda lectura que tiene la afirmación anterior de que «el escritor es el primer lector de la obra«, que es la que me gusta más, es que en realidad el escritor no crea nada, sólo transcribe una historia que ya está escrita. Suena muy poético pero lo creo firmemente, ya que como escritor me gusta que la escritura sea algo orgánico, que sea la propia historia y los personajes que hay en ella los que marquen el ritmo y lleven el peso de la narración. Eso no quiere decir que el escritor no tenga control sobre la trama, pero ahí es donde se distingue a los escritores que comprenden a sus personajes y valoran la coherencia de su relato de los que no. Porque todos hemos leído seguramente alguna narración en la que un suceso parecía forzado, como si el autor en ese momento tuvo que traicionar la esencia del relato para cumplir una idea concreta, puede que simplemente para alcanzar el desenlace pensado y deseado. Para mí eso es un error muy grave que puede acabar por estropear la historia.

Escribir es duro, o al menos puede parecerlo, pero no lo es más que cualquier creación artística. Y del mismo modo que ocurre con la pintura o con la música, lo que escribas será un reflejo de cómo eres como persona, de qué te inquieta o te preocupa, de cuáles son tus temores y tus obsesiones. Y no, para escribir no siempre necesitas meterte como personaje en la historia. Es más, me atrevería a decir que ese recurso sólo lo hacen los malos escritores. Aunque sí que necesitas conectar con todos tus personajes, con los protagonistas pero también con los secundarios e incluso con los que ocupen el rol de villano (si es que los hay). De esta manera harás más humanos y más cercanos a todos ellos, hasta el punto de que el hipotético futuro lector, en caso de que lo haya algún día, podrá comprender las motivaciones de todos los personajes o empatizar con cualquiera de ellos, incluyendo a ese que a ti menos te interesa. Es por esto por lo que me gusta tanto esa idea de que como escritor sólo eres un espectador de la trama, si bien para ello has de haber definido bien a los personajes y conocerlos más que a ti mismo. De esta manera, descubrir a dónde pueden llevarte se convierte en una experiencia muy grata que no es tan diferente de la experiencia que tendrá el lector cuando lea la historia, si es que como digo algún día haya lectores que la lean.


Por tanto, volviendo a la pregunta del principio de este artículo. ¿Por qué algunos escribimos en nuestro tiempo libre? Supongo que cada uno tendrá su respuesta, la mía es bien sencilla, y es que yo escribo porque para mí la escritura es una manera de desconectar del mundo y de pasar el tiempo libre. La escritura no es mi profesión sino un hobby, una afición con la que disfruto enormemente, que al fin y al cabo es algo que deberíamos hacer todos los que escribimos. Así que ya sabes, si te gusta escribir en tu tiempo libre y crees que eso no es normal, no te equivoques, sólo estás disfrutando de un hobby como cualquier otro. No dejes jamás de hacer algo que te guste sólo porque creas que nadie te comprenderá. Al contrario, escribe para ti y disfruta de ello. Quién sabe hasta dónde puedes llegar.

 

Un artículo de Daniel Hernández Barreña autor de la novela La decadencia de un mundo: el comienzo del fin.

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