Errores que cometen los emprendedores
Errores que cometen los emprendedores

Muchos emprendedores cuando comienzan en un negocio saben poco o no nada sobre cómo administrar el dinero de una empresa. Cuando comienzan están llenos de expectativas, emociones y sueños, pero muchas veces no invierten suficiente tiempo en estudiar su nicho de mercado y desconocen las peculiaridades del negocio. Algunos ignorarán todas las señales y caminarán directamente al fracaso, otros en cambio tendrán éxito en contra aparentemente de toda lógica. Estos son los 10 errores que cometen los emprendedores al iniciar un negocio.

Errores que no debes cometer si inicias un negocio

Número uno. El Magacín.No tener suficiente capital para empezar

Muchos emprendedores desconocen realmente cuánto dinero necesitan para comenzar su negocio. Algunos consiguen el dinero justo para poder iniciar pero al menor contratiempo no logran ni siquiera despegar del suelo. Esto es válido tanto para las microempresas como para las grandes empresas. Una solución sería solicitar un préstamo.

Número dos. El Magacín.Gastar demasiado dinero al principio sin tener ventas en absoluto

En otras ocasiones, al contrario, podemos llegar a gastar demasiado al iniciar un nuevo negocio. Hay quien se dedica a gastar dinero sin miramientos en cosas superfluas. Si estás comenzando un negocio pequeño que esperas que puede hacerte ganar unos cientos de euros o dólares a la semana, no gastes 10 mil euros en cosas que no te darán frutos, como por ejemplo alquilar un local demasiado caro o hacer una página web grandilocuente que no te dejará ningún tipo de beneficio. Se realista sobre el tipo de herramientas que necesitas al inicio.

Número tres. El Magacín.No pagarte a ti mismo

Muchos emprendedores inician un negocio y cuando empiezan a ganar dinero hacen dos cosas, o bien no se pagan a sí mismos, o simplemente comienzan a tomar sus ganancias y la gastan sin diferenciación de lo que les pertenece y lo que pertenece a la empresa. Hasta que no te puedas pagar formalmente, todo el dinero que entre le pertenece al negocio.

Número cuatro. El MagacínNo estudiar la datos del negocio

Todo lo anterior puede evitarse mirando los datos reales sobre la puesta en marcha de su empresa. si los datos te indican que no puedes gastar más de X… no lo hagas. Estudiar el mercado, a la competencia te ayudarán a fijar un precio para tu negocio. Estudiar a la competencia te orienta sobre dónde debes de gastar tu dinero. La mayor parte de este trabajo se puede determinar antes de abrir tu negocio si se hacen las preguntas correctas y se recogen los datos correctos.

Número cinco. El Magacín.Esperar por la perfección

Ya sea un sitio web, un libro u otro tipo de producto o servicio, no espere a la perfección. En primer lugar, la perfección no existe. Siempre hay margen de mejora en todo. Debido a esto, si quieres lanzar el producto o servicio perfecto nunca lanzaras nada. Recuerda, si lo que ofreces al principio no es lo que tu audiencia quiere siempre tienes margen de mejorarlo en un futuro, un ejemplo de esto son las versiones betas de cualquier programa que primero se lanza y esperan las respuestas de sus consumidores para después ir arreglando poco a poco hasta convertirlo en un buen producto. Os dejo un vídeo que me ayudó mucho (y estoy muy agradecido):

Número seis. El Magacín.No saber cuándo retirase

El concepto de costes hundidos se pierde a menudo en los nuevos emprendedores. Un costo hundido es el dinero que se gastó al comenzar el negocio y nunca se recupera. Al determinar si es factible o no un negocio, nunca debes incluir los costes hundidos en tu decisión. Eso es dinero que se ha ido, que nunca volverá sin importar lo duro que trabajes si al final la idea de negocio no resulta adecuada. Aprende a mirar los datos para que sepas cuándo es bueno seguir o no con una idea de negocio.

Número siete. El Magacín.Reinventar la Rueda

Si no está roto, no lo arregles. Una y otra vez los consumidores demuestran que no quieren que algo que ya aman sea mejor. (Piense en Coca-Cola versus Nueva Coca-Cola, por ejemplo.) Lo mismo puede decirse de los negocios en línea. Muchas empresas ya han hecho estudios sobre qué colores de los sitios funcionan mejor con varias audiencias, qué tipo de sitios web funcionan mejor con un subconjunto particular de una audiencia y así sucesivamente. Pruebe con los números, prueba pequeños cambios, pero no trates de ser radical cuando ya los estudios han probado qué es lo que funciona mejor y qué funciona peor.

Número ocho. El Magacín.No comprender que el servicio al cliente es vital para el negocio

El octavo de los errores que cometen los emprendedores al iniciar un negocio es la capacidad de servicio. Tu capacidad de servicio al cliente puede hacer crecer o quebrar tu empresa. Puedes preguntarte cómo gestionar tu dinero, pero si no has satisfecho a tus clientes pronto descubrirás que cuesta mucho más seguir adquiriendo nuevos clientes que mantener a los que ya tienes.

Número nueve. El Magacín.El más común de los errores que cometen los emprendedores: No anticiparse a los problemas

No hay nada peor que hacer una campaña de marketing y luego descubrir que tu sitio web se ha colapsado. Debes de estar preparado para cualquier aumento importante en el tráfico, ya sea físico en su empresa, sitio web o teléfono cuando haces cualquier tipo de campaña de marketing. Prueba tus sitios web continuamente y asegúrate de que tienes posibilidad de soportar el tráfico web que potencialmente puedas tener.

Número diez. El Magacín.Gastar antes de recibir

Otro error típico de emprendedores es gastar dinero antes de ganarlo. Solo porque alguien te deba dinero no quiere decir que te lo vaya a pagar o al menos no en el tiempo que te había prometido. Debes de ser muy ordenado y preciso en los procedimientos de facturación para evitar malentendidos. como regla de oro no gastes un dinero que no ha entrado ya en tu cuenta bancaria.

En conclusión, todos cometemos errores al iniciarnos en un negocio, lo importante es prepararte y saber por dónde sopla el viento en cada momento. Un error es una oportunidad y en el peor de los casos un aprendizaje.

Un artículo de Juan Luís Suárez

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